jueves, 30 de diciembre de 2010

Cosa de dos.

Mi historia no es como toda las demás, almenos yo no lo veo así. Él y yo.. Él y yo no somos los dos clásicos enamorados que se vuelven locos nada más verse, ni tampoco nos decimos cosas bonitas todo el rato. Somos diferentes, muy diferentes al resto de todo el mundo, quizás eso sea lo bonito, que somos únicos.
Nos hace falta un gran rato para ser cariñosos el uno con el otro, somos bastante orgullosos los dos, siempre andamos discutiendo y pocas veces acabamos de buenas. ¿Pero sabes que es lo mejor? Que tarde o temprano siempre acabamos volviendo a lo mismo de siempre, a nuestra historia bonita. Esa historia de los mensajes a las tantas de la madrugada, esa historia de sonrisas y besos robados, o esa historia dónde los protagonistas somos él y yo.
El amor supera al orgullo, y aquí estamos, queriéndonos como nunca, cada vez la historia se hace más inolvidable, y a la vez más dolorosa. ¿Sabes porque sigo aqui, si todo esto a veces me destroza por dentro? Porque los momentos bonitos superan a los desagradables, eso es lo que verdaderamente importa.

Todavía me puedo acordar de aquellos momentos; esos emborronados recuerdos que tú me enseñaste a pintar.. todas esas promesas que sellamos con una sonrisa y que todavía siguen cumplidas, tan importantes como pudieron serlo una vez; todas esas confesiones y secretos que podrían no ser nada, pero que para nosotros eran un mundo, que jamás me he atrevido a revelar; todas esas oportunidades que aprovechamos, y todos esos momentos, en los que me cogiste de la mano.
Todo eso y más, alimenta mis sueños y mis ilusiones, tu mano; tan suave y protectora contra la mía, que me asegura que todo va a ir bien, que después de la tormenta, viene la calma. Y en el caso de que no venga, estás a mi lado, y ya puede venir viento y marea que mientras sigas aquí, el resto no importa.


 

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