miércoles, 29 de diciembre de 2010

GRACIAS, five (L)

A cada mirada, la cual me dedicáis vosotras... Ahí, ya empiezan a sobrar las palabras.
Porque sois vosotras las que hacéis que me olvide de quién quiero ser, y descubro quién soy.
Puedo llorar o reír, da igual lo que haga, porque sabéis cada gesto apropiado. No os importa perder de vuestro tiempo, por darme la mano y acompañarme a pasear por un lugar desierto, me ayudan a saltar, se empeñan en que grite, que lo haga muy alto, que todo el mundo se entere... De que cualquier cosa que se interponga en mi camino, yo podré superarle.
Sin pararos a pensar, que solo sería capaz de superarme gracias a vuestra ayuda. No sabría decirles lo feliz que soy a su lado, y lo mucho que las quiero. No sabría remontar el vuelo sin vuestras alas...
No me tenéis que pedir nada, simplemente, os lo daré. Porque mi vida no tendría ningún sentido sin vosotras. A pesar de que me paro a pensar si podría querer a personas tanto o más que a mi propia vida, me doy cuenta de que no tengo el valor de calcular lo mucho que las quiero. Esas personas que son indispensables para mí. Esas, vosotras. Gracias, las quiero, simplemente.         




Y ahora brindemos. Sí. Por vosotras. Por mí. Por todas. Por todos los abrazos que nos hemos regalado. Por la infinidad de sonrisas. Por las duraderas miradas. Por la felicidad. Por la tristeza. Por los buenos momentos que pasamos juntas. Por las discusiones. Por los buenos días. Por las buenas noches. Brindemos por los sábados que hemos compartido. Por las fiestas que hemos pasado juntas. Por el ir a vernos. Brindemos por vosotras. Por mí. Por nosotras.

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