miércoles, 15 de junio de 2011

El amor, a veces tan difícil.

Amor; perjudicial e hiriente. Provocante de locuras e idioteces. Estimulante de sensaciones. Dificultante para lograr pensar, en cualquier otro apartado de tu cerebro en el que no aparezca ese sentimiento. Nos incita a recitar frases estúpidas, poemas o textos..
Pensamientos contradictorios, circulan por nuestra mente a borbotones. Circunstancias revividas, provocando un frenesí en nuestro cuerpo.
Objetilllos en cada rincón, de aquella personilla que amamos en aquella época. Provocando la mezcla de su olor con el nuestro. Creando la esencia de ese uno que ansiábamos alcanzar.
Este sentimiento, nos suele llevar a quedarnos mirando en un punto fijo y sumiéndonos en la melancolía. Anhelando el dulce sabor de sus labios, el calor ardiente fruto del roze de ese piel contra piel, el temblor de detrás de la nuca cuando sostenías su mirada... e infinidad de echos.


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